El sol de otoño se siente diferente, no es un grito, no es silencio, es más como la voz tímida que canta en el karaoke con las suficientes notas agradables como para decir que canta bien. Eso pensaba mientras sentía el calor a mis espaldas al pedalear rumbo a mi destino. También pienso en lo mucho que disfruto el otoño y el invierno, veo pasar una mariposa color naranja. Había visto varias mariposas últimamente, de varios colores: azules, amarillas, las mariposas monarcas y negras. La mariposa naranja volaba a mi velocidad y altura, con un par de gotas en mi frente, vi cómo se acercó volando a la llanta de mi bici y de repente ya no estaba. Pensé que tal vez la había matado con los giros de la llanta, porque cuando volteé para buscarla, no la podía visualizar. La idea de matar una mariposa con mi bici, sentía que demeritaba las capacidades de estos insectos, luego recordaba que yo no sé nada sobre mariposas. Tampoco se nada de física como para calcular que las dimensiones de una mariposa puedan ser afectadas en comparación con el tamaño y la velocidad de una bicicleta en movimiento. Curiosamente, no es la primera vez que una mariposa vuela a mi lado mientras voy en bici, me acompañan y de repente desaparecen. Solo sigo mi camino, pensando si fueron los giros de mis llantas la que la ahuyentaron o fue en un parpadear, tal vez un descuido en el que la mariposa tomó otro camino.
La bávara Barbara Regina Dietzsch (1706–1783) fue una de las mejores grabadoras y artistas botánicas de su época. Su obra no tuvo parangón gracias a su delicadeza de ejecución y a sus detalles hiperrealistas. Su obra es una bella mezcla de diáfanas formaciones en espiral y de una precisa observación biológica que dan lugar a exquisitas pinturas que suelen representar temas extremadamente efímeros.
Sarah Mills vía DailyArt App
Basándose en la obra de artistas anteriores, Dietzsch llevó este campo particular del arte más allá del ámbito del diagrama científico y estableció un punto de referencia para la excelencia que ha influido en los artistas botánicos desde entonces.
Hacia el siglo XVIII, las flores y otras plantas se convirtieron en temas cada vez más populares y sus estudios solían incluir escarabajos, mariposas y otros insectos relacionados. La técnica de Dietzsch era refinada y lineal, como cabía esperar de un grabador, y era capaz de plasmar de forma extraordinaria hasta la flor más diáfana y endeble, o la delicada ala de una mariposa.
Gracias por compartir, todo muy interesante
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¡Muchas gracias! Son pequeñas extracciones del cotidiano 😀 ¡Saludos!
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