así como se lanza el dado y gira, cuando cae y alza el vuelo para volver a caer, uno, dos, tres y un-dos-tres y un-dos-tres, caen siete pecados capitales menos un cuerpo.
te escribí una carta de amor, ¡de verdad! me movía para acariciar el aire e invocar tu espíritu. por eso te emocionabas, sin importar donde estuvieras. leías algo, recordabas aquello, sentías que un ritual se llevaba a cabo y sólo abrías los ojos en asombro.
tracé las formas de tu piel sobre las hojas secas de los árboles profetas. tú habitaste mi cuerpo durante algunos minutos y deseabas quemarte ahí mismo porque los tambores hacían que te retorcieras de lo que ellos llamaban catársis y que tú lo pronunciaste en un sonido, en un alivio que salió de tus labios a través de esa exhalación tibia y ajetreada.
yo bailaba, escribía, te extrañaba, te recreaba y te amaba de nuevo.
ante la torre de cartas que construyen mi cuerpo, bastó el murmullo de una bocina para derrumbarme…
ahí tirado las apuestas se escriben con saltos, círculos y líneas, espacios violentados, la suspensión de lo que creíamos haber sido y que sólo fue una carta: la reina de espadas.
te escribí una ceremonia sobre el azar de mis movimientos, jugué con el vacío y ahora sigo lleno de apuestas personas que vigilan el sueño de la danza que solíamos bailar…
PD: La danza es algo que con el tiempo ha cobrado una mayor importancia en mi vida, es un medio de expresión y un lenguaje que me ha gustado explorar y experimentar partiendo desde mis sentimientos y valores. Realmente le desearía a cualquier persona poder tener ese espacio íntimo en la danza o en cualquier arte, porque nos vuelve y nos desenvuelve más sensibles. Feliz día internacional de la danza 🙂